Tauro es un signo que se asocia profundamente con la serenidad, la estabilidad y el disfrute de los sentidos.
Su energía está marcada por la sensualidad, el placer de cada momento y la conciencia sobre el propio espacio vital. Para Tauro, el afecto se expresa a través de lo material: en una relación, el cuerpo de su pareja forma parte de su espacio personal, y el afecto se funde con la necesidad física. Este signo no solo se asocia con lo tangible y lo material, sino que también tiene un fuerte vínculo con la conservación de lo que ya existe, lo familiar y lo conocido. No es un signo inclinado a la innovación ni a los cambios drásticos, sino más bien a mantener lo que es seguro y estable, así que cuidado si le planteas cambiar su vida (o aunque sea una rutina mínima, una manera de hacer las cosas) de l anoche a la mañana. Te sacará corriendo 😬
Tauro es fiel y leal, pero también puede ser celoso y posesivo. Su tendencia a resistir el cambio lo convierte en un signo tierno y terco a la vez. La paciencia es su virtud más destacada, y a través de ella, logra alcanzar sus objetivos, aunque lo haga de manera pausada y meticulosa. Es práctico, realista y disfruta de las rutinas que le dan seguridad. La necesidad de estabilidad se traduce en un rechazo hacia lo sorpresivo y lo impredecible. Sin embargo, si bien la paciencia y la perseverancia son sus mayores fortalezas, puede caer en el exceso, acumulando objetos, sucumbiendo a los placeres del cuerpo, o mostrando una inercia que lo aleja del cambio. Una actividad que le viene bien hacer es revisar sus pertenencias y analizar qué donar, qué regalar: es un ejercicio del desapego.
El signo de Tauro se relaciona también con la energía de la tierra: es el arquetipo del granjero, el que trabaja la tierra, cultiva, cosecha, cuida y preserva. Su relación con la tierra es una forma de constancia, de darle tiempo a los procesos naturales, y esto le otorga una cualidad especial para realizar tareas que requieren paciencia y disciplina. Por eso, Tauro se encuentra en su elemento en profesiones relacionadas con la naturaleza, la agricultura, el arte, la gastronomía y las finanzas, entre otras. Además, la energía taurina también se conecta con la belleza, la comodidad y el placer estético, siempre buscando lo que resulta agradable y cómodo.
En el cuerpo, las áreas relacionadas con Tauro son el cuello, la garganta, los hombros y la boca, lo que refuerza su naturaleza sensorial y su vinculación con lo tangible. Los personajes más representativos de Tauro, como Karl Marx, Che Guevara, Eva Perón, Buda o Sigmund Freud, encarnan la fidelidad, la tenacidad y el pragmatismo de este signo.
Conclusión: Tauro es el signo de la espera, la perseverancia y la paciencia porque su energía se basa en la constancia, en tomar el tiempo necesario para obtener lo que se desea. La clave de su naturaleza radica en la capacidad de disfrutar del proceso y no apresurarse por obtener resultados rápidos. Tauro nos enseña la importancia de la estabilidad y la resistencia frente a la adversidad, y nos recuerda que muchas veces las grandes recompensas requieren tiempo, dedicación y una profunda conexión con lo que realmente valoramos. De Tauro podemos aprender a ser más pacientes, a confiar en nuestros esfuerzos a largo plazo y a valorar los momentos tranquilos y las cosas simples que hacen la vida más placentera.
¿Conoces a alguien de Tauro?
Yo sí. Son amistades leales, taciturnas. Te cocinan algo rico. Consiguen lo que quieren, aunque les lleve décadas. Saben disfrutar de los placeres de la vida. Les gusta la belleza: los aspectos venusinos de la vida. Como los librianos, les gusta la armonía visual en la ropa y en la casa. Disfrutan de la naturaleza. De una buena comida. De una caminata. Y de hacer las cosas lentamente, saboreando cada minuto del proceso. A buscar taurinxs por la vida, confía en mí, no te arrepentirás 🥰